Capitalismo Clientelista

Escrito por Eduardo Aburto .

Es alarmante que cada vez mas países estén adoptando políticas de corte socialista. Sin entrar en detalles acerca de este fracasado sistema económico, llama la atención que los movimientos de izquierda han tomado fuerza e incluso se han apoderado completamente de gobiernos, como es el caso de Venezuela, destruyendo años de progreso logrado a través del libre mercado. Es incluso irónico, que la potencia mundial que logró hacer sucumbir al bloque comunista soviético durante la “guerra fría”, estuvo a punto de elegir en el 2016, a una candidata (Hillary Clinton) que promovió durante su campaña realizar reformas socialistas tanto en la educación, como en la política fiscal y tributaria.

venezuela

Y la verdad es que no se les puede culpar. La brecha entre los ricos y pobres crece cada día mas en los países que han adoptado el sistema económico capitalista. Los pocos ricos son mas ricos, los pobres siguen siendo pobres y la clase media sigue siendo el motor de la economía. Así, es fácil culpar al modelo de libre mercado, que permite la acumulación de riquezas por parte del individuo y que protege con recelo los derechos de la propiedad privada. En este ambiente, los políticos en busca de poder, avanzan ideales socialistas tratando de convencer al pueblo, con nuevos y más sofisticados términos, de que el socialismo y la distribución de la renta son la cura de todos estos males. Al final, el resultado sigue siendo el mismo, más poder para el gobierno y menos libertad para el individuo. Pero el verdadero culpable de esta brecha no es la economía de libre mercado, el culpable es un cáncer que crece dentro del régimen de libre mercado.

Crony Capitalism  o Capitalismo Clientelista

El “capitalismo clientelista” o “de amigotes”, conocido en inglés como “crony capitalism” es un término que describe una economía en que el éxito de sus actores depende de las estrechas relaciones formadas entre oficiales de gobierno y personas de negocios. Este término se comenzó a aplicar a los países involucrados en la crisis asiática del año 1997. Esta crisis, que tuvo impacto mundial, comenzó en Tailandia con el colapso financiero de su moneda, el Thai Bat, que se desplomó después de que el gobierno se vió forzado a liberar el tipo de cambio fijo (con respecto al dólar), debido a la falta de divisas que lo respaldara. El resto es historia.

Aunque existe un debate acerca de las causas de este colapso, algunos atribuyen este suceso a la extensa intervención política en los procesos de libre mercado. Privatizaciones entregadas a familiares de líderes políticos, concesión de derechos de monopolios artificiales, entrega de créditos gubernamentales a aliados políticos y fondos fiscales usados para rescatar empresas conectadas políticamente, entre otras, fueron algunas de las prácticas que precipitaron el colapso financiero Tailandés.

Por cierto, esta manera de hacer “negocios” no es un mal de la era moderna. En Rusia, esta práctica se conoce como “semibankirshchina” que significa “gobierno de los siete boyardos.” Los boyardos eran los jefes de grandes clanes familiares que podían movilizar grandes masas de hombres para prestar servicios militares a los príncipes de Kiev. Asímismo, en Japón, esta práctica es conocida como “keiretsu.” En Corea, “chaebol”, en donde docenas de compañías de varias industrias eran de propiedad de una sola familia.

Boyardos

 

La Crisis “Sub Prime”

La más reciente crisis económica de impacto mundial, tuvo su origen en los Estados Unidos. Por supuesto, el capitalismo clientelista no dejó de estar presente. La crisis hipotecaria “subprime” provocó una emergencia bancaria a nivel nacional, que contribuyó a la recesión de los Estados Unidos desde el 2007 hasta el 2009. Esta crisis fue gatillada por una gran baja en los precios de los bienes inmobiliarios a causa de la explosión de una burbuja inmobiliaria. Una de las causas de este colapso fue el aumento de los créditos “subprime.” Estos son créditos hipotecarios que se otorgan a personas que tienen dificultades para mantener sus pagos al día, ya sea por motivo de desempleo, divorcio u otras dificultades financieras. Estos créditos eran muy atractivos, ya que se obtenían con mucha facilidad, pero poseían tasas de intereses crecientes, que hicieron imposible para muchos mantener sus pagos vigentes. El gobierno, por su parte, durante muchos años tenía como objetivo aumentar el número de personas con casa propia. Así, se estableció un marco regulatorio que permitió la creación de este tipo de préstamos. Las instituciones financiera gubernamentales, “Fannie Mae” y “Freddie Mac”eran las encargadas de evaluar el riesgo y aprobar los créditos. Al mismo tiempo, Fannie y Freddie vendían bonos hipotecarios para atraer inversionistas. Estas instituciones financieras, subvencionadas por el gobierno, recibieron fuerte presión política para expandir los créditos hipotecarios de alto riesgo para proveer viviendas asequibles. Es evidente, que los políticos ejercieron dicha presión para avanzar promesas de campaña a cambio de votos de la gente que ahora podía acceder a créditos hipotecarios. Por otra parte, hubo una desregulación de las instituciones financieras que permitió liberar ciertas salvaguardias que prevenían la existencia de conflictos de intereses en los bancos. Finalmente, cuando las tasas de interés de las hipotecas se incrementaron y el valor de las viviendas disminuyó, fue muy difícil para las personas el poder refinanciar sus deudas. Esto provocó una reacción en cadena, con una masiva ejecución de las hipotecas por parte de los bancos y la consecuente depreciación de los bonos hipotecarios que afectó a los bancos inversionistas que poseían estos bonos. Esto provocó una desconfianza por parte de instituciones financieras internacionales con respecto a la capacidad crediticia de los Estados Unidos, las cuales limitaron los créditos alrededor del mundo. Esta crisis tuvo un profundo impacto en la economía Europea y de los Estados Unidos.

housingbubbleburst

 

En consecuencia, el capitalismo clientelista es el resultado de una interferencia gubernamental de estilo socialista en el libre mercado, que resulta en una combinación tóxica entre corporaciones y oficiales gubernamentales los cuales administran la economía con el fin de beneficiarse a ellos mismos. Ya sea utilizando influencia política para crear leyes que benefician a un grupo en detrimento de otro, o utilizando posiciones de poder para asegurar el beneficio de unos pocos, el capitalismo clientelista es un mal pernicioso que amenaza la igualdad de oportunidades y menoscaba la reputación y dignidad del libre mercado. Como sociedad, es nuestro deber reconocerlo, desenmascararlo y erradicarlo.

Eduardo Aburto estará presente en un conversatorio sobre este tema el día Lunes 24 de Abril de 2017 a las 14:30hrs en el auditorio 501 en la                Sede Plaza Vespcuio de Duoc UC.